Anna se quedó en silencio.
Cuando por primera vez obtuvo la habilidad espacial y la temperatura cambió, comparó lo que le sucedía con las novelas que había leído. Después de todo, lo que más le gustaba era leer novelas y estas de temática apocalíptica eran muy interesantes.
Era genial ver a estas protagonistas derrotar a sus oponentes y demás.
Sin mencionar, también eran muy poderosas y tenían innumerables habilidades notables que la mayoría de las personas no tenían.
Pero cuando se trataba de ella misma, Anna sentía que sería mejor que estas historias permanecieran como historias y nunca cobraran vida real. Porque ver estas cosas con sus propios ojos era muy diferente a leerlas en texto.
Lo que veía al leer era lo que imaginaba en su mente.
No era gran cosa.
Pero lo que veía frente a sus ojos era la real devastación que era difícil de soportar.
¿Cómo podría mantener la calma?
No podía.
Ni un poco.