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—¿En cuanto a por qué estaban tan entusiasmados? —preguntó Dylan.
—Una vez que sucediera, podrían dejar de vender por un período y buscar otro trabajo en la base. Después de todo, tener otro trabajo formal era más estable y podían ganar más puntos de contribución.
—¿Quieres otras cosas aparte del jade? —preguntó Dylan.
—Bueno... —Anna se frotó la frente—. No solo miraba el jade sino también otras cosas como tela, joyería, utensilios de cocina, etc. Pero cada vez que echaba otro vistazo, Tasha definitivamente los compraba todos.
—Ni siquiera podía elegir nada y Tasha ya los había comprado todos.
—Volvamos por ahora. Volveremos al mercado en el futuro —dijo Anna.
—Vale. —Dylan asintió en acuerdo y guió a Anna fuera del mercado.
Tasha miró a los dos y bufó:
—No podrán comprar nada en el mercado.
Los labios de Anna se contrajeron y ella sacudió la cabeza, sin importarle las palabras de Tasha.
