—¡Maullido! ¡Todavía estoy aquí!
—Kitty miró a Dylan y de verdad quería pinchar a este hombre molesto. Sus ojos estaban llenos de Anna y se olvidó completamente de él.
—Dylan ignoró la voz de Kitty y volvió a dormirse.
—¡Maullido! Bajo el argumento de que todavía estás enfermo, te dejaré pasar esta vez.
—Kitty miró a Dylan y retrajo su pata otra vez. Soltó un resoplido suave y volvió a acostarse al lado de Dylan para acompañar a este hombre.
—Kitty, come algo primero.
—Maullido.
—Esta vez, Kitty se levantó de inmediato y caminó hacia Anna. Anna había preparado un plato de comida para gatos para él, que inmediatamente empezó a mordisquear y comer con alegría.
—Dylan no despertará pronto, así que tú también deberías descansar.
—Maullido. Lo sé.
—Kitty tampoco tenía muchas otras actividades que hacer. Normalmente jugaba solo o arrastraba a Dylan a hacer esto y aquello hasta el punto de que el hombre se molestaba con él. Ahora, solo quería dormir y descansar al lado de Dylan.