Mirando hacia Dylan, Anna vio que Kitty ya estaba activo otra vez. Era como si ya no fuera el mismo gato dormilón de antes.
Anna se agachó. —Kitty, ¿estás bien?
—Maullido~.
Kitty levantó obedientemente la cabeza, rozando cuidadosamente la mano de Anna. Maulló y se movió alrededor de la mano de Anna, muy activo y encantador.
Viendo que el gato estaba tan enérgico, Anna empezó a dudar de que el gato que solo quería dormir todo el día ayer fuera el mismo gato que el que tenía enfrente.
—¿Sentiste algo diferente?
Kitty sacudió la cabeza y contestó, —Maullido~.
—Parece que está diciendo que no —Anna estaba un poco deslumbrada con la reacción de Kitty. Este gato parecía entender cada frase que ella decía. Pero basándonos en el cociente intelectual normal de un animal, ¿eso no debería ser posible, verdad?
Cuando ella cuidaba al gato en el pasado, su respuesta no era tan vivaz y precisa como ahora.