—¿Estás hablando en serio sobre la inversión? —preguntó Dylan mientras regresaban al apartamento.
—¿Por qué no? —preguntó Anna a cambio.
—¿Confías tanto en mí? —volvió a preguntar Dylan, sus ojos estaban clavados en Anna. Estaban de camino de vuelta y las lámparas al lado de los caminos se habían encendido, permitiéndoles verse claramente el uno al otro.
Anna sintió que su corazón latía con fuerza. Miró a Dylan y sonrió. —¿Por qué no? Te conozco desde hace mucho tiempo.
—¿Eso es todo? —Dylan continuó preguntando.
Anna apretó los labios y continuó caminando a un ritmo constante. Al final, eligió cambiar el tema de conversación —¿No quieres quedarte en la base?
—Quiero quedarme aquí —Dylan soltó una risa—. Pero también quiero tener alguna garantía en mi mano para asegurar mi seguridad.
Asegurar su seguridad.