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—¿Tan estricto? —Anna miró la pared frente a ella, un poco curiosa acerca de lo que había dentro para que la seguridad fuera tan estricta.
Así que cuando llegaron al lugar, los ojos de Anna miraron en dirección al lago.
Y... no había nada.
Honestamente, Anna no podía ver nada diferente en el lago frente a ella comparado con un lago ordinario. Había soldados alrededor del lago, vigilándolo y previniendo que otros se acercaran.
Pero el lago en sí mismo no se veía diferente a lo usual.
Después de buscar por unos segundos y aún sin encontrar nada extraño, Anna retiró su mirada.
—Habrá algunas personas que vendrán a entregarnos los paquetes que necesitamos llevar mañana —dijo Dylan—. No tienes que hacer nada, sin embargo. Solo quédate en el camión si no sabes a dónde ir.
—¿Nos quedaremos aquí durante la noche? —preguntó Anna otra pregunta.
—Es demasiado tarde para salir ahora —respondió Dylan—. ¿No quieres quedarte aquí?