El Viejo Maestro Daniels no estaba lejos de esos mozalbetes y cuando vio cómo actuaba su nieto frente a Anna, casi se atraganta con el aire.
—Enrique.
—Sí, Viejo Maestro.
—Dylan es un hombre, ¿verdad? —el Viejo Maestro Daniels casi rechinó la palabra 'hombre'.
El Mayordomo Henry guardó silencio por un momento.
Siendo honesto, también quedó atónito cuando vio a Dylan actuar como un radiante hombre de loto blanco. La escena era bastante picante para los ojos. Pero como había visto las travesuras de Dylan desde que era un joven y sabía que este era un joven amo que podía hacer casi cualquier cosa para jugar con Anna...
Ya no se sorprendía.
—Viejo Maestro, Dylan todavía es un niño —respondió el Mayordomo Henry.
Un niño.
El Viejo Maestro Daniels reflexionó sobre esas palabras y luego se frotó la frente. «Olvidémoslo, que haga lo que quiera».
