Recomendación musical: 1917 - Thomas Newman
—Una noche, cuando todos en Versalles dormían profundamente, un par de velas seguían ardiendo brillantemente en la mesa de la habitación de la primera princesa, donde ella yacía dormida. Las ventanas habían sido cerradas con seguridad para evitar que el viento extinguiera la luz y permitiera que la oscuridad se colara.
La paz y la comodidad, sin embargo, fueron efímeras, ya que Emily fue abruptamente sacudida por un intenso dolor en el corazón, como si alguien lo hubiera apretado. Un grito desgarrador de dolor escapó de su boca mientras se sentaba rápidamente, agarrándose el pecho con fuerza.
—¡A-ah...! —sollozó Emily, formándosele lágrimas en los ojos.