Cuando Rongrong escuchó las palabras del Anciano Yang defendiendo a Tang Li Xue, ella lo miró resentidamente.
Pero Rongrong cerró los ojos y tomó una profunda inhalación para calmarse en su lugar.
Después de unos momentos, Rongrong abrió los ojos de nuevo, y se había calmado mucho.
Rongrong sonrió gentilmente al Anciano Yang mientras agarraba su mano con fuerza.
El Anciano Yang frunció el ceño profundamente mientras intentaba quitarse las manos de Rongrong, pero antes de que pudiera hacerlo, Rongrong le dijo en un tono lleno de infatuación y posesividad:
—Yangyang, ¿cómo puedes ser tan cruel y frío conmigo? Pero no me importa eso... Porque todavía te amo tanto... Tanto, tanto, que ya no puedo vivir sin ti.
—Así que, si te atreves a dejarme, juro que me mataré y echaré toda la culpa sobre ti y tu chica zorro. Tú y tu chica zorro seguramente serían cazados por mi Secta de la Espada Inmortal.
