El Anciano Yang tomó una profunda respiración para calmar su ánimo turbulento, luego dijo a varios ancianos de la Etapa Alma Naciente de la Secta de la Espada Inmortal:
—Está bien, lo entiendo. Gracias a todos por su ayuda. Pueden volver a sus tareas.
Tras recibir el permiso del Anciano Yang, varios ancianos de la Etapa Alma Naciente se dispersaron y volvieron a sus respectivos puestos para hacer sus trabajos.
—Suspiro... Xiao Bai, Xiao Bai... ¿Por qué siempre desapareces de repente así? ¿Debería solo atarte a mi lado para siempre cuando te vea la próxima vez? —El Anciano Yang suspiró con tristeza y depresión.
Justo cuando el Anciano Yang pensaba intensamente cómo encontrar su Xiao Bai de nuevo mientras deambulaba distraidamente alrededor de la mansión de la Familia Gu, la Sangre de la lujuria en su cuerpo de repente dio una advertencia cerca de la puerta principal.
Le indicó al Anciano Yang que había sentido uno de los suyos cerca.
