Tang Li Xue no sabía realmente ni entendía lo que le había pasado al Dominio de Cielos Carmesís.
Era cierto que Tang Li Xue estaba muy curiosa al respecto, pero dado que solo le traería beneficios, no se molestaría en preocuparse demasiado por ello.
—Uwehehehehe... Así que, de ahora en adelante, mi energía ya no sería drenada rápidamente por mis linajes para resistir el efecto de control mental de este Dominio de Cielos Carmesís —Tang Li Xue se rió felizmente.
Cuando Tang Li Xue recordó que el dueño de este Dominio de Cielos Carmesís parecía siempre tenerla como objetivo sin razón, instantáneamente se disgustó y exclamó con deleite:
—Lo que le haya pasado al dueño de este Dominio de Cielos Carmesís, no debería ser algo bueno para él... ¡Humph! ¡Te lo mereces!
