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—¡¿De qué tienes miedo?! ¡Aún no ha sucedido nada! Solo quédate ahí unos minutos más para observar las habilidades divinas de ese zorro negro y el zorro blanco ciego —Tang Li Xue intentó animar a su copia perfecta.
Su copia perfecta ni siquiera tuvo tiempo de sobra para responder cuando los restos de esos cuatro zorros negros de repente comenzaron a hincharse más y más.
El zorro blanco ciego apretó sus colmillos y siguió controlando sus tres espadas de plata para cortar sin piedad los restos de los cuatro zorros negros una y otra vez.
Sus tres espadas de plata también se movían cada vez más rápido; incluso la copia perfecta de Tang Li Xue ya no podía ver las tres espadas de plata. Solo podía ver tres luces plateadas destellando en un patrón cruzado.
Realmente era demasiado aterrador ya que la propia Tang Li Xue ya no podía esquivar o bloquear el asalto implacable de las actuales tres espadas de plata si la atacaran en ese momento.