—¿Pequeño Blanco (Xiao Bai)?! ¿A qué te refieres con Pequeño? ¿Estás ciego o algo así? ¡Soy Grande Blanco, está bien?!... Está bien, no soy tan grande, pero tampoco soy tan pequeño —Tang Li Xue pensó con enojo, inflando su pecho para hacerlo parecer más grande—. Mi tamaño debería ser promedio, ¡y todavía estoy en la fase de crecimiento!
Tang Li Xue puso morritos de enojo, pero al final eligió sentarse al lado del joven de la máscara plateada, mientras que el joven de la máscara plateada seguía mirando de reojo los ojos azul topacio de Tang Li Xue.
—Joven Maestro, ¿podrías dejar de mirarme así? Mira, tu carne asada ya casi se quema —Tang Li Xue le recordó, pero su tono estaba teñido de disgusto.
—¿Eh? Asada... —El recordatorio de Tang Li Xue despertó al Anciano Yang de su ensimismamiento, y rápidamente retiró su carne asada de la hoguera.
No obstante, algunas partes de la carne asada ya se habían carbonizado y tornado de color negro.