—Durante casi un mes, las personas terminaron de construir sus propias casas con la ayuda de cuatrocientas bestias —dijo Shenlian Yingyue—. Lo primero que tenían que hacer era construir una mansión muy grande y lujosa para ella antes de construir sus propios hogares. La madera de este valle era toda de buena calidad, y las bestias les habían dado las herramientas para usar.
—En el pasado, innumerables aventureros y mercenarios han muerto aquí. Las bestias tomaron sus pertenencias y muchas piezas de equipo que eran buenas para usar.
—Shenlian Yingyu ya había comprobado en qué eran buenos —confesó.
—Lamentablemente, no todos podían practicar. Sin embargo, ya había preparado su corazón para esto —contempló—. A aquellos que tenían raíces espirituales, les dio libros para practicar. Los hombres y las bestias habían salido del mundo pequeño, y ayudaban a enseñar a esas personas cómo cultivar.
