—¿Cómo es posible? —miró la espada fría y afilada en su cuello con incredulidad.
—¡Perdiste! —Shenlian Yingyue puso su espada en el delgado cuello de Xiao Xili y lo dijo sin expresión.
Xiao Xili parecía perder el habla. Miró a Shenlian Yingyue con horror.
—¡Respóndeme! ¿Cómo escapaste de mi danza? —ella agarró el borde del hanfu blanco de Shenlian Yingyue.
—No escapé —su hanfu estaba manchado con la sangre de Xiao Xili porque el filo afilado de la espada cortó la piel de su cuello. Una pequeña cantidad de sangre salpicó en su hanfu.
—¡¿Cómo?! —Xiao Xili parecía demasiado desesperada.
—¡Porque eres débil! —Shenlian Yingyue lo dijo sin expresión. Cada imagen era la imaginación de Xiao Xili.
Porque eres débil, sí, porque ella era débil, por eso su habilidad más poderosa no le hizo ningún daño.
Ella perdió, perdió de la manera más vergonzosa. Shenlian Yingyue decidió despiadadamente su final.