—¡Tsk! ¿No tomaron la clase de moral? ¿Dónde están sus modales?
—¿Qué importa si son fuertes o no? Si su moral es baja, ¿de qué sirve ser fuerte?
Los otros discípulos se quejaban de aburrimiento, y el desagrado se les notaba en la cara.
—No es tu culpa haber nacido débil, pero sí es tu culpa no darte cuenta de dónde deberías estar.
—No se culpen por no poder alcanzar nuestro lugar. Deberían culparse por ser ingenuos y tontos.
Los discípulos de la secta Amatista Púrpura sonrieron fríamente mientras pasaban por al lado de los otros discípulos e incluso liberaban intencionalmente su fuerte aliento, lo que hizo que los otros discípulos retrocedieran varios pasos.
Sus caras estaban rojas de vergüenza y humillación mientras apretaban los puños con fuerza. No era porque fueran débiles, sino porque los discípulos de la secta Amatista Púrpura eran demasiado anormales. Todos eran maníacos de la cultivación, y tomaban la cultivación y la lucha como sus prioridades.