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—Como puedes oír las palabras de mi maestro, tengo que regresar a la secta —Shenlian Yingyue no sabía qué método había usado el Santo Hijo. Hasta ahora, estaba sana y salva de la gente del Clan Santo.
Excepto cuando el clan Lin y la familia Xiang le dificultaban las cosas ocasionalmente cuando visitaba la Ciudad Vela Dorada sola para relajarse.
—No me retractaré de mis palabras. Continuaré enseñándote —La expresión de Shenlian Yingyue se volvió seria, así que Xuan Jing no dijo nada.
Quedaban más de tres semanas hasta que sucediera el evento.
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Dos semanas después...
—Aquí tienes tu Jamón Glaseado con Miel de Arpía, Scones de Polvo de Estrellas y Hilo de Pixie.
En la mesa, ante el hombre de piel blanca como nieve escarchada, unas manos esbeltas colocaron numerosos platos deliciosos.
