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No importa cuán fuerte fuera Shenlian Yinzhu, no podía luchar por demasiado tiempo.
Había reencarnado y justo empezado a practicar el poder espiritual durante varios años en el Mundo Pequeño Etéreo. Su fortaleza no podía superar la de estos hombres, que habían practicado durante miles de años con el abundante poder espiritual del mundo superior.
—¡Pff! —Sangre blanca lechosa brotaba de sus labios. Su túnica estaba desordenada, y su rostro pálido.
Aun así, tranquilamente hizo todo lo posible por asesinarlos a todos. No dejará a ninguno con vida.
—Si no me equivoco, vinieron diez de ustedes a este continente. Creo que Yue'er ya ha matado a dos hombres. Cinco de ustedes murieron aquí, y quedan tres. No esperaba que fueran tan débiles y ni siquiera pudieran matarnos o herir un solo pelo de Yue'er —Shenlian Yinzhu empezó a manipularlos.
