—¡Te lo mereces! —Los ojos de Shenlian YingYue resplandecieron con malicia y cálculo tras empujar a Huang Bai Xing al suelo.
Ya era demasiado tarde para que Huang Bai Xing y el Dragón Negro contraatacaran. La velocidad de Shenlian YingYue era extremadamente rápida. No sabían desde cuándo Shenlian YingYue se les había acercado, así que no se prepararon para el ataque sorpresa de Shenlian YingYue.
Nadie tenía tiempo de prestarles atención. Cuando escucharon a Shenlian YingYue decir que Huang Bai Xing había sido atacada por los monstruos, elevaron su vigilancia y reforzaron su defensa.
—Sería mejor que te concentraras en eliminar a estos monstruos en lugar de mostrar tu fea cara delante de mí —Shenlian YingYue alzó su esbelta pierna bajo la falda y pateó con fuerza el cuerpo del monstruo.
La acción de ella era brutal y salvaje, como la de un hombre.
Quienes presenciaron esta escena torcieron los labios. ¿No puede esta chica comportarse como una mujer?