—¡Me echaron!
—¿Quién recibió la herencia?
—No obtuve nada por culpa de esa maldita ilusión.
Algunas personas estaban descontentas, y otras estaban felices.
Aquellos que pasaron la prueba guardaban silencio. No le contaron a nadie que obtuvieron las recompensas. Aquellos que fallaron la prueba no obtuvieron nada y estaban de mal humor.
Huang Bai Xing ignoró a las personas y resopló. Se subió a un árbol y reflexionó.
En lo profundo de sus ojos se ocultaba un pensamiento desconocido.
¡Furiosa, confundida! Desde que viajó a este Continente Espiritual y se convirtió en Huang Bai Xing, nunca había estado tan equivocada como ahora.
Siempre había estado tranquila y compuesta en cada situación. Nunca había fracasado si quería lograr algo. Sus objetivos siempre se completaban con éxito.
Su trabajo como asesina nunca falló. Todos sus objetivos eran eliminados por ella.