Dentro del ataúd de hielo de cristal, yacía un hombre delgado, fuerte y alto en silencio con los ojos cerrados. Llevaba una fina túnica blanca. Su respiración era tranquila y constante, como si estuviera sumido en un sueño muy profundo.
Los rasgos faciales del hombre eran tan hermosos como si hubiera salido de un cuadro. Desafortunadamente, ahora yacía allí sin moverse.
—¿Es esta la verdadera apariencia del hermano?
La memoria de Shenlian YingYue relacionada con sus nueve vidas anteriores era limitada. Su padre borró sus recuerdos, y algunos de sus recuerdos fueron sellados. Él no quería que ella pensara en el pasado nunca más. Por eso ella no recordaba los rostros de nadie relacionado con ella.
—Tío materno, ¿qué deberíamos hacer? —preguntó Shenlian YingYue mientras llevaba a su hermano a pararse frente al ataúd.
—Xiao Yue'er, tu hermano sabía qué hacer —rió entre dientes Immortal Sheyan.