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En algún lugar del reino secreto de Congzhu
Mu AnWen miró a su alrededor la extraña habitación de piedra en la que había aparecido. No había nada más que un pergamino y una extraña piedra sobre la mesa. Sabía que debía haber caído en algún tipo de lugar.
Casi ha pasado medio día, y aún no encuentra la forma de salir de aquí. No había nadie.
Se tranquilizó y observó a su alrededor para asegurarse de que no había peligro aquí antes de caminar para tomar el pergamino.
—Quienes lo encuentren aquí están predestinados. Adquieran el conocimiento de este pergamino, y serán liberados —la primera letra plateada tomó forma en el pergamino vacío, luego desapareció.
Mu AnWen frunció el ceño. —¡A menos que entienda este pergamino, quedará atrapado aquí para siempre! —pensó.
Tiene que darse prisa y salir para ver si esa chica encontró algún peligro en la cueva. Espera, ¿por qué piensa en ella? ¿Desde cuándo empezó a pensar en ella más que en aquella persona?
