—¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! —El Terror de la Vid desapareció de la entrada de la tenue luz. Innumerables vides afiladas aparecieron de la nada. Nadie pudo ver de qué dirección provenían esas vides.
Ahora, Shenlian YingYue estaba luchando en el espacio oscuro, como si estuviera ciega a causa de la oscuridad. Innumerables fuegos espirituales se encendieron en el ambiente oscuro, pero aún así no podía hacer que la oscuridad se despejara de mi vista.
—¡Hmmmm! —Exhaló cuando las vides afiladas le cortaron la piel como si alguien le hubiera pasado su espada afilada encima.
La sangre brotaba como agua. La herida en su brazo izquierdo era tan profunda que se podía ver claramente su médula ósea. La herida se extendía desde su hombro hasta su codo.
—Maestra, tenga cuidado —Las bestias estaban preocupadas y angustiadas.