—Hermano, ¿qué piensas sobre la escena del libro que te mostré? —preguntó de repente Huang Ying Yue.
—El hermano no estaba seguro, pero el hermano había oído al padre mencionar algo como... el libro del cielo —reflexionó Shenlian YinZhu.
—¿El libro del cielo? —Shenlian Ying Yue se frotó la barbilla.
—El libro del cielo es el libro creado por Dios del Reino de Deidad. Registra el viaje futuro de la vida de los hijos e hijas del cielo y su destino, así como sus oportunidades —explicó, tomó lentamente un sorbo del dulce té espiritual que Shenlian YingYue le había entregado.
—¿Los hijos e hijas del cielo? —Ella quedó atónita. Esta información era demasiado grande para aceptar.
—Los hijos e hijas del cielo son los seres que recibieron el favor del cielo. Sus vidas y oportunidades son prósperas. Cualquiera que obstaculice sus caminos y quiera ser su enemigo, acabará pereciendo —Shenlian YinZhu dejó de hablar, solo sabía sobre esto.