—La Princesa Yue ciertamente bromea. Venimos en diferentes momentos porque vivimos en diferentes distritos —dijo Nan Hua sin un rastro de emoción.
—¿Oh? —La Princesa Yue no esperaba que Nan Hua simplemente expusiera su situación actual de vida.—¿Por qué es eso, Señorita Nan?
Nan Hua se mantuvo tranquila, sin prestar atención a los varios pares de ojos que la miraban. Solo observaba la reacción de la princesa, incluso sin mirarla directamente.
—Los mayores tienen algunos desacuerdos y yo, como la generación más joven, no los entiendo completamente. Por favor perdone a esta por su incapacidad de comprender —respondió Nan Hua e inclinó ligeramente la cabeza.
Los labios de la Princesa Yue se torcieron sutilmente al escuchar la respuesta de Nan Hua. La joven había dicho que era su culpa por no entender, insinuando indirectamente que tales asuntos eran de la incumbencia de los adultos, y que no era su lugar meterse.