Pero, ¿funcionaría tal provocación en Nan Hua?
—No quiero molestarte —la respuesta de Nan Hua fue fría.
Nan Xin arqueó sus cejas al sentir la frialdad que parecía emanar del fondo del abismo.
—Hermana, ¿todavía me tienes aversión? —Nan Xin preguntó, su voz sonaba suave como si hubiera sido agraviada.
Nan Hua echó un vistazo a Nan Xin, sus ojos reflejaban nada más que indiferencia. Era como si ni siquiera le importara lo que Nan Xin decía y que lo que Nan Xin estuviera diciendo, nunca la afectaría ni lo más mínimo.
Eso fue lo que Nan Xin sintió cuando vio la mirada de Nan Hua.
Sin embargo, apretó los dientes y continuó con su pequeña actuación. —Hermana, ¿por qué no dices nada? ¿Estás enfadada porque te quité el cariño de madre, por eso no quieres decirme nada? Hermana, ¿sabes que si sigues ignorándome, me sentiré triste? A pesar de que madre nos cuidó tanto, ¿por qué nos tienes tanta aversión? .
¿Cariño?
Esa palabra claramente no podía describir a la Concubina Qu.