—Vaya, no tienes por qué ser tan agresivo.
—Para que vengas a este tipo de lugar, ¿no es porque quieres acompañarnos... ugh. Un hombre había dado un paso adelante y agarrado el brazo de los dos hombres antes de que pudieran hacerle algo a Nan Hua. Tenía un cuerpo y rostro promedio, pero la fuerza de su brazo señalaba que era alguien acostumbrado al trabajo duro.
—¿Qué eres tú...?
—Señor, este es mi restaurante. Si les gustaría causar problemas, por favor no lo hagan aquí —el hombre sonrió.
Los dos hombres querían armar lío, pero el agarre en sus brazos hacía crujir sus huesos. Sabían que si eligieran quedarse aquí más tiempo, sus huesos serían aplastados.
—¡Nos iremos!
—¡Maldita sea!
El hombre los soltó y resopló mientras los veía alejarse apresuradamente. No faltaban personas que querían aprovecharse de los débiles y temer a los fuertes. Sin embargo, él sabía que si no actuaba, podrían morir esta noche.