Si Kang no olvidó cerrar la puerta y la aseguró de nuevo.
Cuando ya estaban lo suficientemente alejados de la Residencia de la Familia Hai, Xiao Yan deshizo el cuerpo y lo escondió en un lugar donde no pudieran encontrarlo.
—Demasiadas personas están de su lado —Nan Luo apretó los dientes molesto. Ciertamente no deseaba que tantas personas siguieran a la Familia Hai.
—No todos lo hacen de manera voluntaria —Feng Ao Kuai estaba más tranquilo.
—Entonces…
—A menos que la Familia Hai caiga, seguirán siguiéndolos porque tienen algo que muchos de estos soldados valoran —Feng Ao Kuai miró a Nan Luo—. ¿Tienes algún plan?
La mirada que tenía Nan Luo era bastante extraña. O más bien, conociendo bien las travesuras de su primo, Feng Ao Kuai podía adivinar que Nan Luo tenía una idea bastante extraña. Sería algo que podría ser muy poco convencional.
—¿Crees que es posible incitarlos a hacer lo contrario?
Feng Ao Kuai arqueó las cejas. —Estás planeando…
—Sí.
