*Advertencia: la escena a continuación puede ser un poco demasiado sangrienta para niños. Es recomendable tener más de 13 años para continuar*
Aún se desconocía si lo habían hecho voluntariamente o porque habían sido coaccionados.
El Príncipe Yang Lu no les prestó atención y giró su cabeza hacia la sala principal. —Abran la puerta.
¡Bang!
La puerta se abrió y lo que les recibió fue otra escena sangrienta.
Varios cuerpos yacían en el suelo, su sangre formaba innumerables charcos debajo de ellos. Algunos miembros cercenados fueron arrojados a un lado, tiñendo el suelo de rojo con la sangre derramada. Era un completo desastre.
Mu Fei Xin se puso pálida, pero resistió. El fuerte olor asaltó su nariz, provocando que su estómago se revolviera. Sin embargo, no quería dejar a su esposo enfrentar todo solo.