Al día siguiente, Nan Hua se estaba preparando para salir. De una forma u otra, Nan Luo logró terminar la tremenda asignación que le habían dado. Estaba cansado, pero cuando pensaba en que iban a salir, Nan Luo saltaría de la emoción.
—Señorita, por favor no vaya muy lejos —recordó cuidadosamente Xiao Yun.
Nan Hua asintió. Para su salida esta vez, el Anciano Maestro Nan había instruido que tres personas los siguieran, que eran Xiao Yun, el sirviente personal de Nan Luo, y Hou Liang. Principalmente era por su protección que tenían que llevar a estas personas.
Sin mencionar que había varios guardias secretos protegiéndolos en secreto.
—Hua'er, ¿estás lista? —preguntó Nan Luo mientras agitaba su mano. Llevaba túnicas gruesas ya que la temperatura había comenzado a bajar. No les sería beneficioso si se enfermaban al estar afuera.
Nan Hua asintió.
—¡Vamos!
Nan Luo tomó la mano de Nan Hua y los dos salieron de su residencia. Como el mercado al que querían ir no estaba lejos de su residencia, eligieron no tomar los carruajes y caminar hasta allí. También sería bueno para su cuerpo si hacían algo de ejercicio.
Los dos niños caminaron y miraron alrededor.
Para Nan Hua era la primera vez que salía a parte de la vez que fueron a la fiesta de cumpleaños de la Vieja Señora Long. Después de todo, normalmente los niños no tenían que salir y la mayoría de ellos pasarían su tiempo en sus residencias.
Solo algunos de ellos saldrían de vez en cuando y la mayoría de ellos eran los varones.
La arquitectura era bastante diferente al mundo moderno. Nan Hua ya lo había notado antes, pero la mayoría de los edificios aquí eran grandes residencias. Bueno, podría ser porque estaban en áreas para gente rica.
No les llevó mucho tiempo entrar al mercado.
—Este es el mercado. Si ves algo que quieras, ¡dímelo! El abuelo me dio mucho dinero hoy para gastar —dijo Nan Luo con una sonrisa. Tenía algunos ahorros ya que usualmente no usaba su dinero. Sumado al hecho de que su abuelo les había dado varias onzas de plata, no sería una exageración decir que podrían comprar mucho.
Nan Hua asintió. —Tú también, Luo.
—Hmm, vamos a la tienda de accesorios.
—¿Accesorios? —Los ojos de Nan Hua se posaron en el pasador de Nan Luo mientras lo pensaba. Había pasadores tanto para hombres como para mujeres, ¿debería comprar uno para Nan Luo? Sería un buen regalo para él.
Los dos llegaron a la tienda de accesorios poco después. Había varias tiendas y simplemente eligieron una que estaba cerca.
—Bienvenidos —dijo el dependiente con una sonrisa al verlos. Aunque los dos no iban vestidos de manera extravagante, estaba claro que sus ropas eran de material fino. Las personas ordinarias no podrían llevarlo. Podía adivinar que estos dos eran huéspedes distinguidos.
Nan Luo asintió. Sus ojos se pasearon por la tienda. —Hua'er, ¿hay algo que quieras comprar?
—¿Puedo ver pasadores? Si es posible, asegúrate de que sean ligeros —respondió ella. Los dos aún eran niños y más que comprar los costosos, sería mejor comprar los útiles.
Los ojos del dependiente se iluminaron. —Claro. Hay varios buenos pasadores. ¿Cuál le gusta, señorita?
Mientras hablaba, el dependiente les trajo una caja. La caja estaba llena de pasadores de varios tamaños y diseños. También estaban bañados en oro o plata, pero si uno los tomaba en mano, notaría que no eran de plata u oro puros.
El peso no coincidía.
Nan Hua miró los pasadores y luego negó con la cabeza. —Estoy buscando un pasador para niño.
—¿Para niño? —Los ojos de Nan Luo brillaron de emoción al adivinar que Nan Hua quería elegir pasadores para él. Antes de que el dependiente pudiera moverse, él lo detuvo. —¿Hay pasadores a juego para hermanos?
El dependiente asintió. —Sí hay, joven maestro. Déjeme traerlos.
Nan Hua miró a Nan Luo con las cejas arqueadas, pero este último simplemente sonrió. Estaba claro que él también quería comprarle un pasador.
—¿Pasadores a juego, eh? Mientras el significado no fuera de amor, no habría malentendidos por parte de los demás, así que estaba bien.