La puerta se abrió después de bastante tiempo.
—El General Nan se había quedado dormido —el Doctor Viajero Liu miró a los cuatro jóvenes frente a él—. Podéis entrar para hablar con la Vieja Señora Long.
—¿Qué Vieja Señora Long? No tienes derecho a llamarme vieja, Viejo Liu —replicó la interpelada.
—¿No es eso simplemente un título, Vieja Señora Long? —al Doctor Viajero Liu claramente le gustaba hacer que la Vieja Señora Long se molestara.
En este punto, la Vieja Señora Long frunció el ceño al mirar al Doctor Viajero Liu. Si su primer arrepentimiento fue conocer al Maestro Viejo Nan por culpa de su esposo, su segundo arrepentimiento fue conocer a este doctor viajero por culpa de su maestro. Era igual de molesto, muy parecido al Maestro Viejo Nan.
—Abuela, ya es tarde. Las madres concubinas se preocuparán si no pueden encontrarte —Long Qian Xing juntó su puño en señal de respeto.
