```Xiao Yun se quedó atónita cuando escuchó la pregunta que le hizo Nan Hua. Aturdida, levantó la vista y vio que Nan Hua todavía la miraba con la misma expresión inexpresiva de siempre.
Para entonces, ya no podía recordar mucho la imagen de cuando Nan Hua sonreía brillantemente como una niña. La imagen que mostraba no era más que una que mostraba su expresión indiferente que ocultaba todo lo que pudiera sentir.
—Lo siento, señorita… Siempre fallo en protegerte —el cuerpo de Xiao Yun tembló ligeramente mientras las lágrimas amenazaban con salir. Miró hacia otro lado, ya no queriendo mirar a Nan Hua.
—No tienes que disculparte conmigo. Porque a quien debería pedirle disculpas era a la verdadera Nan Hua, que ya no estaba aquí.