Lewis asintió en silencio en señal de acuerdo.
Ambos se asomaron al cuarto de Amy, observando su sueño pacífico antes de cerrar suavemente la puerta detrás de ellos.
—Mañana recolectaré su muestra de ADN y pediré a alguien que comience a buscar —dijo Lewis, rompiendo el silencio.
—Haré lo mismo por mi parte —respondió Keira.
Intercambiaron una mirada, ambos dejando escapar un suspiro.
¿Cómo podrían posiblemente encontrar al padre de Amy en un mundo tan vasto?
Esa noche, a Keira le costaba dormir. Los recuerdos de su infancia seguían reproduciéndose en su mente. En aquel entonces, aparte de su enamoramiento por Jodie South, su mayor deseo había sido sentarse sobre los hombros de su papá, para experimentar el amor que veía cuando su padre cargaba a Isla.
Entonces, había anhelado profundamente el amor de un padre. Ahora, Amy debía sentir lo mismo, pensó.