Oliver miraba su teléfono, completamente desconcertado.
Entrecerró los ojos hacia la pantalla otra vez, incapaz de creer lo que estaba viendo.
—¿Qué hacen con las maletas? Antes de que pudiera procesarlo, Jake intervino:
—¿Están planeando escaparse? Parece que están completamente preparados.
Las palabras de Jake casi hicieron que Oliver perdiera la calma. Gritó frustrado:
—¡Eso es imposible!
Oliver marcó frenéticamente el número de Marisa otra vez, murmurando para sí mismo:
—Deben haber entendido mal, pensando que Lewis viene tras nosotros. No saben que ya lo he arreglado con él. No va a guardar rencor, no después de que hablamos las cosas. Tiene que ser eso...
Se enredó con su teléfono, desesperado por decirles que todo estaba bien.
—Lo explicaré todo. No tienen que mudarse.
Pero cuando la llamada se conectó, nadie respondió.
Melissa estaba allí, con los brazos cruzados, una sonrisa burlona en sus labios.