Cuando Lewis escuchó esas palabras, su rostro se ensombreció.
Keira soltó una pequeña risa. —Ah, ¿así que así iban a tratarla?
La vieja Sra. Horton arrugó el ceño y espetó:
—Me preguntaba por qué estabas actuando tan amable, y ahora veo. Selena, déjame decirte algo: un hijo bastardo siempre será un hijo bastardo. No pienses que puedes apoderarte de lo que no es tuyo. Puede que Jake no sea mi nieto favorito, pero al menos es mi bisnieto legítimo. ¿Y tú? ¡Ni siquiera te he reconocido!
El rostro de Selena se puso pálido de ira.
La vieja Sra. Horton hizo un gesto con la mano. —Estoy cansada. Puedes irte.
Selena tomó una respiración profunda, claramente queriendo decir algo, pero antes de que pudiera, Keira dio un paso adelante con una sonrisa fría. —¿Vas a salir por tu cuenta, o necesito echarte fuera?
Selena se puso recta y miró fijamente a Keira. —Me iré por mi cuenta.