Mientras Oliver reflexionaba sobre qué hacer, Keira habló:
—Lo siento, pero la cena de esta noche se preparó según el número de personas. La cena de la abuela se sirve individualmente, así que no podemos permitirte simplemente mirar mientras nosotros comemos. —Cualquiera con un poco de amor propio habría salido de allí en ese momento.
However, Marisa y Selena simplemente sonrieron.
—No es ninguna molestia. Es un honor poder servir a la Abuela —dijo Marisa.
—Solo me preocupa que si comemos mientras tú miras, podría ser duro para ti —dijo Keira con malicia.
Los ojos de Marisa titilaron por un momento.
Había mencionado su humilde procedencia antes, pero ¿estaba Keira realmente subestimando su conocimiento y experiencia? Siendo la amante de Oliver, ¿cómo no iba a haber visto cosas finas antes?
¿Y qué si tenía que verlos comer?
De todos modos, no tenía mucha hambre. ¿Por qué tendría que ser duro para ella?
—No, no será un problema —respondió Marisa.
