La señora Horton, aún lúcida como siempre, no dudó en decir —No.
La habitación quedó en silencio mientras todos se volvían a mirarla sorprendidos.
Nathan no pudo evitar hablar —Mamá, ¿no dijiste que le darías acciones a Jake cuando se casara? ¿Por qué estás faltando a tu palabra ahora?
La señora Horton contestó firmemente —Las acciones que poseo son mías para darlas como yo considere adecuado. Puede que esté envejeciendo, pero aún tengo el derecho a tomar mis propias decisiones.
Nathan frunció el ceño —Mamá, no puedes ser tan parcial. ¡Lewis ya controla casi la mitad de la compañía! Somos familia también, ya sabes.
La señora Horton resopló —La familia Horton es mi legado y, como dije, daré mis acciones a quien yo elija.
