—Había un zumbido amortiguado —dijo James—, Keera, ¿no estás pisando el acelerador demasiado fuerte? ¿Crees que estás conduciendo un coche deportivo... ¡Ay de mí!
El coche se lanzó de repente, y en ese momento, James se sintió violentamente lanzado hacia atrás en el asiento. La fuerza parecía aplanarle la cara.
Sus ojos se abrieron incrédulos mientras el negro Bentley arrancaba como un coche deportivo, el paisaje de ambos lados retrocedía rápidamente.
El coche se dirigía directamente hacia una curva más adelante.
—James dijo: Keera, ¡no diré nada más! ¡No tienes que buscar emociones fuertes por lo que dije! ¡La seguridad es lo más importante!
Casi tan pronto como cayeron estas palabras, el coche derrapó elegantemente en el lugar, y con una hábil maniobra con una sola mano, Keera tomó la curva sin disminuir la velocidad y se dirigió directamente a la salida.
James temblaba tanto que sentía ganas de vomitar la cena de la noche anterior.
