Holly ya ni siquiera sabía cómo llorar.
Estaba completamente confundida y no podía entender las acciones de su abuelo.
Keira no pudo evitar preguntar:
—¿Él tomó el dinero? ¿Hay alguna prueba?
Mordiéndose el labio, Holly respondió:
—Sí, cada transacción fue rastreada. Aunque fueron muy discretas, el monto total suma varios miles de millones...
Ella hizo una pausa y añadió:
—dólares estadounidenses.
Keira estaba atónita. La cantidad era de hecho astronómica.
La familia Sims era adinerada, pero una suma tan significativa podría haber tentado al viejo Sr. Sims más de lo esperado.
Holly se mordió el labio otra vez. —¿Por qué tomaría tanto dinero? Ni mi padre ni yo tenemos uso para tanto efectivo. Nunca lo hemos visto siquiera. Pero definitivamente está allí en sus cuentas...
Secándose una lágrima, Holly dijo:
—No entiendo, Keira. ¿Podría Abuelo ser realmente un espía?
Keira le dio una palmada en el hombro. —Vamos a verlo primero.
Holly asintió, conteniendo sus sollozos.