En el momento en que Keira hizo la pregunta, sintió que había sido demasiado brusca.
A nadie le gustaba hablar de su infancia, especialmente no de cosas como esas.
Además, aquel chico no era de Oceanion en aquel entonces, de lo contrario, la policía lo habría llevado de vuelta.
¿Cuáles eran las posibilidades de que ocurrieran tales coincidencias en el mundo?
Keira esbozó una sonrisa y estaba a punto de dejarlo pasar cuando la puerta de su habitación se abrió de nuevo. Holly entró y Keira y Lewis rápidamente dejaron de hablar del asunto.
Holly aún parecía algo incómoda, pero se acercó a la cama de Keira, todavía con aire de indiferencia.
Tenía en la mano una taza de agua con miel que le entregó a Keira, luego apartó la mirada y dijo torpemente, —Te he malentendido. Me disculpo. Espero que no pongas una queja contra el Capitán Lincoln y los demás. Todo fue debido a mi pobre juicio.
