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[POV: Jugador/Dios/Demonio]
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"Pero, ¿por qué?"
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"¿por qué insistes en esto?... si quieres retomar esta conversación... espero que esta vez hayas reflexionado y pensado mas al respecto"
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Desde su arribo a este mundo, había deambulado por un desierto desolado, incapaz de comunicarse con nadie hasta que se cruzó con Ashborne. Desde aquel encuentro, lo había seguido y observado desde las sombras, como un espectro silencioso.
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Ocasionalmente, entablaban diálogos, o más bien, momentos en los que él adoptaba el papel de un sabio anciano narrando cuentos a sus nietos. Y en raras ocasiones, como la presente, Ashborne lo interrogaba con persistencia, incapaz de entender sus misteriosas decisiones.
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"Pero tener la capacidad de volar sería increíble y además..."
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"No, sería un error. Es uno de los dones menos prácticos. Imagina por un momento que vuelas y todos te ven surcando los cielos... Serías presa fácil de una lluvia de flechas. Te convertirías en blanco de ataques, y si logras evadirlos, muchos te esperarían en tierra firme."
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"... Lo comprendo, pero ¿no sería maravilloso surcar el cielo y observar el mundo desde las alturas como un ave?"
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"Desde mi experiencia, sí, es útil, pero la novedad se desvanece rápidamente luego de unas cuantas veces. ¿No tienes otra idea? Esperaba una propuesta más elaborada de tu parte."
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"¡Super fuerza!"
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""¿Volvemos a eso?... no es una mala elección per se, y puede ser útil... pero ya me veo en un futuro cercano, yo en tu funeral diciéndome a mi mismo que '¿Porque no le explique bien el concepto de superfuerza?"
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(La super fuerza es impresionante, pero no detiene balas con eso. Funciona si se combina con otro poder, pero por sí sola, no es la mejor opción.)
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Sus debates podrían parecer ridículos para un oyente casual. Si alguien más pudiera escucharlos, seguramente no comprenderían la naturaleza de su diálogo. Sin embargo, para ambos, estas conversaciones tenían una profundidad oculta que los llevaba a discutir con seriedad.
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"Ashborne, tu visión es demasiado limitada, no vas a hacerme cambiar de opinión así."
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"Entonce, ¿Porque no uno de los que mencionaste antes?, como el teletransporte."
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"No, no sería prudente... preveo un futuro para ti atrapado en el tronco de un árbol."
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(Se podría ajustar para que funcione de manera segura... pero a largo plazo no sería de gran utilidad.)
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"Mmm... ¿qué tal la super velocidad?"
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"Es una mejora, pero aún creo que mi elección inicial es superior, ese poder no la supera."
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"... ¿Telequinesis?"
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"Esa habilidad es formidable... pero acabarías siendo objeto de estudio por científicos, es demasiado llamativa."
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"¡Pero todas tienen ese inconveniente!"
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Conforme avanzaba la conversación, dejaba a Ashborne cada vez más desesperado, como si no pudiera cambiar su destino. En contraste, su adversario en el debate permanecía sereno, como si ya conociera el desenlace de la historia.
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En ese momento finales, Ashborne ya no debatía, estaba en modo súplica, al borde de perder toda esperanza.
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"... Al menos, ¿puedes darme otro más... por favor, sé un dios bondadoso?"
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"Maldito desgraciado, ya te he otorgado una bendición. No seas ingrato, eres el único en este mundo bendecido con un superpoder... Valora lo que tienes."
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A pesar de que su tono denotaba enfado, su expresión traicionaba una sonrisa maliciosa que no acompañaba sus palabras de reproche hacia Ashborne.
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"Ya te he explicado que no puedo intervenir de manera arbitraria en este mundo."
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Cuando todo era un juego, los jugadores, independientemente de su raza y habilidades, tenían el mismo nivel de influencia en el mundo.
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En aquel entonces, el concepto de mana era fundamental para ejercer influencia de diversas maneras, y ahora, aunque carecía de una interfaz que le indicara su cantidad de mana, era consciente de que su esencia contenía mana.
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(Debo conservar mi energía para cuando sea imprescindible... esta es una consecuencia de haber elegido a los humanos, un mundo desprovisto de mana para recuperarse...)
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"Pero, ¿de qué me sirve un superpoder como 'herencia'? No me ofrece ninguna ventaja."
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Ashborne estaba al borde de la frustración, consciente de que no lograría nada con quejas. Sentía que se le escapaba una oportunidad que ni siquiera sabía que existía.
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(Herencia es la opción más acertada en mis circunstancias, aunque al principio del juego sea casi inútil, para la raza humana y a largo plazo, será decisiva.)
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"Bueno... al menos puedes estar tranquilo mientras poseas ese superpoder. Me aseguraré de que sobrevivas... al menos hasta que engendres un descendiente."
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"¿!?"
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El poder de Herencia, tema de su debate recurrente, era el don que Ashborne había recibido en su primer encuentro.
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Era un poder singular, que en el juego no ofrecía ninguna ventaja a su portador original, quien seguiría siendo una persona común. Sin embargo, lo especial era que al tener un hijo, el poder de Herencia se transmitiría al primogénito, y existía una probabilidad de que este heredara un superpoder adicional.
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El superpoder de herencia era exclusivo del primogénito, mientras que los demás descendientes solo tendrían una posibilidad de obtener un superpoder, disminuyendo con cada nuevo hijo. Además, el tipo de superpoder que podrían obtener variaba desde uno altamente codiciado por los jugadores hasta uno completamente inútil, y era completamente aleatorio.
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Para un jugador común, este poder no tenía mucho valor, pero para la raza humana en un planeta carente de mana, representaba un don extraordinario.
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(A pesar de sus evidentes limitaciones, solo necesito asegurarme de que viva el primogénito, incluso si eso significa gastar mi energía de reserva... será una inversión significativa para el futuro.)
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Ashborne no podía comprender la magnitud de estos pensamientos y solo sabía que había obtenido un superpoder que, aparentemente, no le servía de nada. Al enterarse por primera vez, cayó en una profunda depresión; fue como si hubiera ganado la lotería, solo para descubrir que también había heredado una deuda familiar que lo dejaba en la misma situación económica, pero con la amarga sensación de haber estado a punto de ser afortunado.
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"Si te sirve de consuelo, puedes considerarte inmortal... al menos hasta que tengas un heredero... te estaré cubriendo las espaldas"
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"..."
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