—Puede que sea necesario un abogado y un notario. –Bromeó Liam. Lía solo permaneció seria y él dejó de reír. –No entiendo por qué eres tan difícil. Solo intento romper el hielo.
Lía rodó los ojos y se cruzó de brazos. —Ya hablaste, ya vete. Lárgate de mi piso, no tengo porque soportar esto más tiempo del necesario. Nueva regla para nuestro acuerdo. Que nuestras reuniones no se extiendan más de dos horas. No me veo con la capacidad de mantener mis puños fuera de tu cara si pasamos más de dos horas juntos.
Liam resopló y lanzó una mirada al cielo. —Eres verdaderamente una mujer imposible.
—Per favore. –El acento italiano se escapó de sus labios en un tono de enojo. –Agh, ya puedes irte, sigo enojada contigo. Trabajamos juntos pero no tenemos que ser amigos.
—¿Por lo de tu ex o porque no le vi importancia a negar lo que me pediste? -preguntó Liam tanteando el terreno para volver a escuchar su voz en un acento extranjero. Tenía que admitir que le había gustado mucho la musicalidad del italiano en los labios de Lía.
—Ambas, en serio, ya lárgate. -Dijo señalando la puerta. —Ya vete. Adiós.
Quería que volviera a hablar en italiano, iba a presionar un poco más. —Ya me disculpé contigo. Podrías ser un poco más cortés. –Suspiró desesperado.
—Solo vete. –Terminó por decir la chica y volvió a la puerta abriéndola para que saliera. —William.
—Dilo en italiano. -Dijo ya desesperado por oírla de nuevo. —dilo en italiano. Que me vaya de tu piso. Si lo haces me iré.
Lía no entendía porque aquella petición pero era un precio pequeño por la paz. Se sostuvo el tabique de la nariz entre los dedos y luego lo dijo. —Dovete lasciare la mia casa, ora.
—Wow. -Se quedó de piedra al oírla nuevamente, era incluso más sensual de lo que pudo haber esperado. —Dios, en serio eres...
—Una palabra más y te arranco la lengua. –Liam terminó por salir y fue directo hasta las escaleras donde esperaba Kat.
— ¿Sabes? Desde aquí se oyeron sus gritos. Subieron las voces varios decibeles. Y ¿Qué fue eso del italiano?
Liam no iba a contestar que le había provocado el acento erótico de Lía, menos con Katrina que seguro le iría con el chisme. —Al menos sé que está viva. Adiós Kat.
—Deberían besarse para romper la tensión. –dijo Kat imitando la voz de Homero Simpson. Liam rió con sarcasmo y se pasó las manos por el cuello.
—Prefiero que me empujen por las escaleras. Adiós K. Cuídate. –La rubia fue hasta la puerta de Lía y tocó, la pelinegra abrió al momento y suspiró.
—Hola, si ¿Sabías que hasta los decanos oyeron los gritos de ambos?
—Es un verdadero dolor de ovarios ese sujeto. -Soltó el aire y luego miró a su amiga. —¿Cómo supo dónde vivo? ¿Tú le dijiste?
—Olvídate de Liam, tengo algo que contarte. –Kat sonrió y se mordió el labio. –Ya sé quién es mi admirador. Vine por ti para divertirnos y a que conozcas algunas personas, y también por el chisme.
Lía se relajó y sonrió. Katrina siempre la animaba y no llevaba tanto tiempo conociéndola. Sabía que la conexión no depende del tiempo sino de la persona y mientras más conocía a Katrina, su conexión se hacía más grande. — ¿Y? –Ambas chicas terminaron sentadas en el pequeño sofá de Lía. – ¿Cuándo lo supiste? Dime todo.
—El sábado, te estuve buscando, supe de las peleas, pero luego... hablé con Paul porque no me importaba quién había enviado la tarjeta, y resultó que fue él quien lo hizo.
— ¡Le gustas! Felicidades. –Sonrió la pelinegra. –Y ¿Ya tuvieron una cita o algo así?
—Aún no, me llamó luego de que se reuniera con la banda, tuvieron una pelea los cuatro porque Xander se sintió muy traicionado y salió una noticia de separación. Tuvieron que hacer declaraciones. King's Revenge significa todo para ellos. Aún no sé quién pudo haber dado la declaración sobre ellos, pero estoy averiguando. La banda es todo para mi hermano, y también para Paul... Y conozco a esos cuatro idiotas desde siempre, sobre todo a mi hermano.
—Kat, había como cien personas allí, pudo haber sido cualquiera.
—O alguien específico que conocemos. –Dijo la rubia alzando los brazos. –Tengo una capacidad intuitiva muy buena. Ahora, vístete. Nos vamos. Conocerás a un par de personas muy interesantes.
— ¿Más groupies? –Katrina rió mientras Lía entraba en su habitación dispuesta a cambiarse de ropa.
— ¡NO! Amigas de cuarto, van conmigo a varias clases, iremos a un bar, luego jugaremos verdad o reto, será asombroso. Lo tengo todo planeado. –Lía se peinó un poco y se hizo una trenza a un lado, se vistió con una camisa blanca, unos pantalones ajustados y unos pequeños botines de color marrón. Encima un chaleco negro y una bufanda color azul arándano. Salió con la rubia luego de recoger un par de cosas en su mochila. –Siempre te ves increíble. Adoro tu estilo.
—No robes nada en mi guardarropa. –Sonrió. –ya vámonos.
***
—Nuestra pequeña disputa hizo que nos rechazaran. –Los cuatro chicos se encontraban sentados en la mesa de un bar con algunas cervezas y sin chicas. –Lo siento mucho, esto es mi culpa. No medí las consecuencias. –Terminó por decir Xander y bebió un poco de su vaso.
— ¿Definitivamente rechazados? –preguntó Trek. –Digo, siempre puede haber otra ocasión ¿No?
—Por ahora no la tenemos, seguimos tocando en la escuela, pero a los cazatalentos no les hizo gracia. Las declaraciones de que la banda sigue en pie al menos salieron a la luz. –Dijo Paul bebiendo de su cerveza. –Lo bueno... seguimos juntos.
—Aún podemos saltar a la fama internacional luego de graduarnos.
—Si. Eso sí. –Los cuatro chocaron sus vasos tras servirse más cerveza de la jarra.
***
Kat y Lía entraron en el bar y ya dos chicas más las estaban esperando. Una morena con el cabello rizado y unos lentes y otra con los labios pintados de negro y cuya piel era excesivamente blanca. –Hola chicas. –Kat se sentó a la mesa y Lía la siguió. –Quiero presentarles a Lía. Lía, ellas son Magda. –Señaló a la morena quien rápidamente saludó moviendo los dedos y sonriendo. –y Sunny.
—Es un gusto conocerte Lía.
—El placer es todo mío, Magda, Sunny. –Las cuatro muchachas comenzaron pidiendo una ronda de Cosmopolitan de cereza. A Lía le parecieron bastante agradables y poco a poco comenzó a relajarse. Era la única de séptimo en aquel pintoresco grupo.
Hablaron de todo, mientras dialogaban, Lía volteó a ver a su alrededor. Abrió sus ojos de manera excesiva al ver a los cuatro chicos de King's Revenge sentados en la mesa al otro extremo. – ¿Nunca los habías visto tan de cerca? –preguntó Sunny entre risas. –Son los más populares de todo el Royal.
—Estudio con ellos. –Dijo Lía volteandose de nuevo y tomando un poco de su cosmo. –Nada grandioso.
— ¡K! Dile que eso es lo más grandioso que puede pasarle. –dijo emocionada Magda. –Son los chicos más guapos de todo el Royal, sé que en Italia has de tener dioses romanos pidiéndote salir, pero, aquí, ellos son lo excelso en especímenes masculinos. Aunque Trek jamás me haga caso porque está ocupado con las chicas de su nivel.
—No para mí, disfrútenlos ustedes. –Dijo Lía. —¿En serio Trek?
—Ella es inmune a sus encantos. –dijo Kat entre risas. –No te preocupes, no nos miran, andan muy ebrios como para notar nuestra presencia aquí. Al final, será Paul quien los ayude a volver al Royal.
—Juguemos. –Sonrió Magda. –Verdad o castigo.
— ¿Castigo? ¿No era reto?
—Castigo. –Sonrieron las dos amigas de Katrina.
***
La risa que tenían los cuatro muchachos les demostraba lo mucho que ya tenían de alcohol en el sistema. Pasaron de la cerveza oscura a los mojitos y luego tequila con limón. La música sonaba atronadora en el bar. Liam volteó y miró que, al otro extremo del bar, estaba la pelinegra. –Deberíamos irnos ya.
— ¿Y? ¿Eso por qué? –Liam señaló y Trek vio a Lía. –Ah vamos ¿Le tienes miedo o qué? Se ve hermosa hoy. Siempre se ve preciosa.
—No, su juicio no es de fiar. Prefiero no morir antes de los veintisiete.
— ¿Quieres ser parte del club? –Rieron los otros tres ante la ocurrencia de Xander. –Te lo prohíbo, te mandaré a terapia a los veintiséis y seguirás yendo hasta que pases los treinta.
—Me amenazó con arrancarme la lengua.
—Sería bueno, así te callas y dejas de decir incoherencias. Ya, solo es una chica más.
—Sí, sí, tienen razón. –Tomó uno de los pequeños vasitos con tequila y lo bebió de un trago para luego morder un limón.
***