Chereads / Hanashita Okoto ga nai / Chapter 1 - Un Propósito

Hanashita Okoto ga nai

ExUltra27
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Synopsis

Chapter 1 - Un Propósito

En un mundo perdido en el abismo y la angustia, existía un humano para nada persistente ni con su ser ni con el de los demás. Pero durante los años que vago por el basto globo terrenal se le consagro el apodo del Vago ser. Nadie reconocía al hombre por su destreza mental ni por su vida sencilla pero lo que todos lo conocían era que en el guardaba algo maravilloso, que cualquier ser podría anhelar. Contenía la fuerza magma, un poder descomunal que solo se obtenía mediante armamento elemental forjado por los Nithgman, una raza paralela a la del ser humano con características muy parecidas, pero lo que los diferenciaban del hombre eran sus orejas puntiagudas y su inalcanzable desarrollo de los sentidos básicos. Procedentes de Alfheim un reino con bosques y prados gigantes.

El Vago nunca se opuso al ideal de su gente ya que aunque fuera un líder nato y con un poder especial nunca sobrepuso su forma de pensar en sus compañeros y mucho menos en sus lideres. Hasta que aquel hombre tuvo que decidir si continuar con su vida y evitar su destino o caminar encima de todos y detener el cataclismo que se acercaba...

Durante mas de 1000 años en la historia del ser vivo nunca se vio tal efecto postapocalíptico, Donde los días se volvieron noches eternas de dolor y sangre, de ideales retorcidos y genocidios en masas. El vago tomo una decisión que ningún otro ser podría haber hecho, se enfrento el solo contra la oscuridad misma que venia de las estrellas, la luz volvía y desaparecía con cada gota de sangre que manchaba la tierra, las estrellas sangraban, los arboles lloraron durante mas de 9 noches. hasta que un joven que trabajaba en un prado alcanzo a ver la hazaña mas grande conocida por el hombre.

El ser mas humilde, pasivo y leal cayó de las estrellas justo donde estaba el joven como si de un meteorito se tratara, pero con el lo acompañaba otra cosa de aspecto temible con un casco humano de color obsidiana en su cintura, un cuerpo totalmente oscuro y cubierto de una gabardina del mismo color, los dos cayeron en la zona donde se encontraba el joven y al ver esto solo pudo observar tal evento. Solo uno... solo un ser se levanto de aquella caída que dejo una marca para la historia ya que se creo una brecha en la tierra, una grieta del tamaño del mundo pero de poca profundidad. El Vago se levanto y volteo su cuerpo hacia el joven y procedió a sonreír con una sonrisa efímera y nada ocultable, tras eso el hombre, humano, vago y charlatán dejo de sonreír terminado desplomado en el suelo con su mano tocando la brecha que se había creado.

El joven asustado intento acercarse pero al dar un solo paso sintió un ambiente abrumador pesado y hasta triste por lo que retrocedió a su posición original y salió corriendo, tras eso un destello ilumino el mundo entero dejando todo tal y como estaba antes del evento denominado después como el manto. Tras varios días el joven volvió a aquella pradera a buscar al vago pero lo único que encontró fue una capa a medio quemar en el suelo llena de lodo y pisada por cabras. el muchacho la recogió y se la llevo en su hombro hasta su casa donde se quedaría para siempre en un viejo perchero en la esquina de la sala, por el respeto a aquel Vago seria cuidada por la familia de ese único humano que una vez presencio al hombre mas poderoso del mundo.

Tiempo después...

En una vieja cabaña escondida en una pradera verde a plena luz del día, un humano contaba tal historia leyendo un libro hecho de piel y papel económico, como si de un cuento se tratara hasta que el oyente que estaba sentado a lado del el comento

-Si abuelo y después se perdió con el paso del tiempo...

Después de aquella frase solo se escucho un chirrido por parte del lector para que después el joven vestido de marrón y con una coleta en su cabello color castaño se levantara de una silla de madera completamente sucia. Se encontraba en un cuarto chico hecho completamente de madera pero muy acogedor ya que contaba con una chimenea de piedra muy chica, dos recamaras a los costados de esta y un comedor lo bastante completo de muebles y decoraciones rusticas de animales y plantas. En esta se encontraba el joven que molesto comento

-Abuelo, basta ya de la misma historia, tienes mas de diez libros y siempre cuentas el mismo del origen del Manto, tu y yo sabemos que solo es un cuento para niños

A lo que un viejo de bastante edad y algo jorobado se levanto de una silla que se encontraba alado de la chimenea y dijo algo despreocupado

-Vamos chico, si antes te gustaban las historias y más esta...

 

El viejo dejo el libro encima de la chimenea y volvió a tomar asiento alado de esta, sin voltear a ver al joven, comenzaría a hablar con una voz bastante calmada pero clara

-Verás Max, se que no soy tu padre ni mucho menos, pero intento hacerte la vida mas amena, al fin y al cabo algún día no estaré, por eso intento siempre ayudarte en todo

Algunos minutos pasaron sin ninguna respuesta por parte del joven, aún con este estando levantado viendo directamente a la chimenea con algo de tristeza hasta que miro de reojo la ventana en una de las recamaras, Al hacerlo al muchacho le apareció una sonrisa efímera y con mucha intensidad, a lo que Max volvió a ver al anciano y le dijo:

-Se que no eres mi padre, abuelo pero eres el único que estuvo cuando me quede solo, y eso es mas que suficiente para quererte como uno, así que no te desanimes, sabes de sobra que es broma, al fin y al cabo ya me la se de memoria.

Max tomo una prenda de color verde que estaba colgada en la puerta de la misma recamara de forma apresurada como si tuviera demasiada prisa de por medio y con un tono bastante burlesco comento: 

 -Ahora si me disculpas creo que iré a relajarme al pueblo, sirve voy por un pan para que cenes, con eso de que no te gusta socializar...

El viejo levanto sus cejas como de sorprendido para después mirarlo a los ojos con el ceño fruncido y los brazos cruzados, todo esto mientras seguía sentado

-No es que no me guste, solo me molesta la gente de aquí

Max solo lo ignoro ya que estaba impaciente por salir al pueblo, dio media vuelta y camino hacia la puerta de la cabaña. Al abrirla volteo brevemente y con una risa dijo

- Veré que te traigo

Al salir, caminó hacia un árbol que se encontraba en frente de el y bajo la rama mas cerca que tenia para luego agarrar una manzana que este tenia colgada. Miro hacia delante, al mismo tiempo se recargo en el tronco del árbol y luego sostuvo la manzana con su mano derecha

Max después de observar durante bastante tiempo el camino que tenia enfrente de el, decidió dejar su pose y seguir bajando mas frutos del árbol para al final llevárselos cargando hasta el pueblo, el camino era de tierra y piedras pero se podía diferenciar claramente a la tierra del camino con la de la pradera.

Camino por unos cuentos minutos hasta que llego a una colina donde se podía observar a la lejanía el pueblo. Max seguía algo entusiasmado por llegar por lo que bajo de la colina lo mas rápido que pudo.

Al bajar se quedo detenido en la entrada por el cansancio que este tenia por ir con demasiada prisa desde su hogar, por lo que se quedo sentado en un barril café que se encontraba tirado alado del camino principal. Se quedo unos pocos minutos mirando el cielo y algunas aves que pasaban mientras pasaban personas del pueblo hasta que una persona vestida de negro paso enfrente de el, alguien tan confiado pero tan fuera de la vestimenta regional que portaban la mayoría de los habitantes, por lo que sintió su presencia, una tan sofocante que solo pudo bajar la mirada y ver sus zapatos negros y parte de un pantalón de tela fina del mismo color. El hombre misterioso se adentro en el pueblo y desapareció entre las personas que circulaban por la entrada.

Max solo quedo impresionado, ya que nunca sintió tanto miedo y respeto por alguien que solo se encontraba en el mismo sitio que el. Al final después de bastante tiempo termino de descansar y se puso en camino hacia una tienda de comida que estaba en el centro del pueblo donde dejaría las manzanas que cargaba, pero para mala suerte de Max, al llegar alguien lo estaba esperando sentado en una fuente que había sido inaugurada hace poco.