—Aunque estoy agradecido por la oportunidad que le estás dando a Coco, señorita Baldwin, he leído el resumen de esta película, y temo que Coco podría no poder manejarlo —Sr. Davis acarició la cabeza de su hija con un tono arrepentido—. Soy su padre. Ella ya no tiene madre, y no puedo perderla. Debo proteger a mi hija.
—Coco, ¿y tú? ¿Quieres intentarlo? —Mónica mimó a la pequeña sentada en la silla.
Con su cabello negro brillante, parecía bastante vigorosa. Después de un período de reflexión seria, se volvió hacia el Sr. Davis y dijo:
—Papá, creo que quiero intentarlo.
—Pero, ¿y si te asustas...?
—Papi, estás siendo tonto. No importa lo que estemos filmando, siempre habrá muchas personas alrededor en el set. Mientras haya personas, no me asustaré —Coco respondió con determinación—. Además, confío en 'Tía'. Sé que ella me protegerá.
El Sr. Davis sabía que Coco no era intrépida, simplemente intentaba ayudar a aliviar su carga.