—¿Qué crees que estás haciendo? —El guardaespaldas agarró a Arianna, arrebatándole los zapatos de las manos.
—Calumnia, todo es calumnia, Víctor. Esto es claramente algo que ha hecho tu guardaespaldas, intentando inculparme... Yo no he hecho nada. Soy inocente.
Todos estaban asombrados por las acciones de Arianna. Su previo arrepentimiento sincero les había llevado a creer que verdaderamente había comprendido las consecuencias de sus actos. Para su sorpresa, todo era una estratagema para un plan más siniestro. La anterior exposición de sus zapatos por Víctor había sido, de hecho, un descuido de su parte. Ahora que sus zapatos tenían huellas digitales de otra persona, ya no podían ser utilizados como evidencia.
En cuanto a los otros lugares de la casa donde podrían estar las huellas digitales de Arianna, ella podría negarlas audazmente como remanentes de su anterior residencia.
El guardaespaldas estaba atónito y no había anticipado que Arianna pudiera caer tan bajo.