Después de unos momentos de silencio atónito, un inesperado estallido de alegría se apoderó del ambiente. Víctor parecía ansioso por abrazar a Mónica, sostenerla firmemente en sus brazos y, emocionado, decirle que estaban a punto de convertirse en padres.
La idea de que un pequeño ser surgiría del estómago de Mónica, conectado a él por sangre, lo hacía sentir como si su sangre hirviera de emoción. La sensación de orgullo le abrumaba de pies a cabeza.
Padre...
Este era un sentimiento que no podía haber imaginado ni comprendido anteriormente. La sensación era verdaderamente maravillosa.
Después de arreglarse rápidamente, Víctor salió del dormitorio. Al ver a Mónica pelando frutas en el sofá, se acercó, le tomó el cuchillo de la mano y dijo —¿No te dije que no hicieras nada?
—Solo estoy pelando frutas —Mónica, completamente ajena al hecho de que acompañar a Meghan a la prueba de hCG le haría un gran favor, estaba desconcertada por el sobreprotectorismo de Víctor.