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—Brady, tengo miedo —Avery Sheen nunca había sido tratada así antes, no sabía cómo reaccionar.
Su mente racional quería resistirse, sin embargo, su cuerpo era muy honesto.
—Relájate, déjalo todo en mis manos, ¿vale?
Tal vez fue por el deseo de mucho tiempo hacia Brady, o tal vez porque la voz de Brady era tan cautivadora en ese momento, Avery de repente se relajó, y pronto los dos se perdieron en la pasión.
En la habitación, la atmósfera ambigua crecía sin cesar, pero Brady, a diferencia de antes, no se quedó en preliminares, sus acciones eran cada vez más intensas.
Incluso... cruzando la línea...
—Espero que no lo lamentes después.
Habiendo llegado tan lejos, ¿podrían aún contenerse? Sus almas ya se habían fusionado, sus cuerpos eran solo cáscaras. A pesar de que la primera experiencia sería tan dolorosa como ser desgarrada, Avery sentía un fuerte sentido de pertenencia.
Ella pertenecía a este hombre ahora...
Su primer hombre, y el hombre que más amaba.
