Esa noche, Avery Sheen estaba sumergida en su propio mundo.
Porque en el momento en que cerraba los ojos, pensaba en la humillación que le impusieron esos hombres. Se esforzaba por resistir la búsqueda de venganza contra Annie, y debido a su gran malestar, le subió la fiebre en mitad de la noche.
Brady Anderson no se dio cuenta de lo enferma que estaba Avery Sheen hasta la madrugada. No había comido en todo el día y su estómago estaba vacío. Brady estaba preocupado de que pudiera tener hambre. Pero cuando entró en su habitación y tocó su muñeca, se dio cuenta de su grave error.
Avery Sheen estaba convulsionando por todas partes.
—Te llevaré al hospital —Brady extendió la mano para levantar a Avery Sheen, pero ella se resistió desesperadamente.
—No lo necesito.
—Este no es momento para que seas obstinada —dijo Brady mientras sostenía su cuerpo ardiendo—. Necesitas tratamiento ahora, tienes fiebre.