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—¿Estás tratando de ganarte al público? —Mónica Baldwin miró a Lucas Nicholson, preguntando seriamente—. Lucas, recuerdo que te he advertido... y te he dado oportunidades.
—Sé que nunca has aceptado por qué me convertí en la protagonista femenina y tú solo en un papel secundario. Siempre has pensado que obtuve el papel gracias a Victor Chadwick, así que has albergado el pensamiento de hacerme abandonar el equipo en tu corazón. ¿Me equivoco?
—¡Me estás calumniando! —Lucas refutó—. Para limpiar tu propio nombre, estás manchando mi reputación y la de Rafael Briar, ¿tu conciencia realmente puede soportarlo?
—¿Calumnia? —Mónica repitió las palabras, y luego, con las cejas levantadas, confrontó a Lucas—. Cuando usaste esa palabra, ¿te engañaste a ti mismo?
—Mónica, deja de posar. Si eres capaz, presenta la evidencia. —Rafael señaló a Mónica, sus ojos revelaban una urgencia diferente a antes—. Sin evidencia, deja de hablar tonterías y de crear alarma.
