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Chapter 29 - 29: Peticiones

[POV Acedia]

"Uu... Uooogh" termine despertando con un creciente dolor en mi rostro. Cuando traté de recordar lo que sucedió, solo lograba recordar fragmentos de cuando llegamos a la ciudad.

Pero, por algún motivo, cuando entré a la tienda de Harp mi memoria termina apagándose

"¿Ya despertaste cuervo?... Si es así pagá"

"¿...?" Mire indignado hacía la voz que escuche, pero al ver al enano que conocía supe más o menos lo que sucedió y el porque no tuvo ninguna consideración a mi situación. "¿Cuánto tiempo dormi?"

"¿Humm?... Creo que casi fueron 6 horas, diría que fue demasiado descanso para cualquiera, pero al ser tú es casi lo mismo que un descanso de 5 minutos" Harp termino arrastrando hacia mi dirección un sándwich en el aparador.

Supe que era para mí por lo que me levanté cansadamente hacia allá. "Gracias..." Dije eso mientras pensaba un poco en lo que pudo suceder después de que cayera dormido. "¿Ya está ahí?"

"Descuida, ya está todo arreglado, solo faltaría especificar cuánto tiempo quieres que se quede ahí y que me digas que más quieres de mi para tomar tu pagá."

Lo mire cansadamente mientras veía lo preocupado que estaba por conseguir su pagá. "¿Nunca tendrás consideración a tus clientes?"

"¿Hacer eso da dinero?" El me dió esa respuesta con una mirada igual de pesimista.

"..." Realmente... Incluso si se el motivo de la obsesión de este enano por el dinero, esto ya es demasiado... "Sigh... Bien, terminemos con esto ya que estoy algo corto de tiempo"

"¿Por los cazarrecompensas o por la mentalidad de ese chico nuevo?, si es solo éso puedes quedarte aquí un tiempo" Harp al parecer ya tenía una idea de mi situación general por lo que dio esa idea, pero cuando lo ví sonreí y hacer un círculo con su dedo índice y pulgar no pude evitar querer sacudir mi cabeza por cansancio por lo que sabía que diría...

"Claro que a un precio, ¿verdad?" Suspiré mientras miraba a Harp con cansancio, a pesar de tener una hosquedad obvia con sus clientes, cuando lo conoces un poco puede ser algo amable en situaciones así... Más o menos amable.

Sabía muy bien que no había muchos que me darían residencia temporal al saber el precio que dan por mi cabeza.

"Aunque, realmente no es por eso..." Dije eso mientras apuntaba hacia arriba con una sonrisa a medias. "Simplemente no quiero lidiar con los problemas que traerán algunas chicas en el Vaticano si se enteran que soy cazado por todos los cazarrecompensas de la ciudad..."

Sabía que mi situación actual pondría los pelos de punta a Jeanne y Aliyah, así que solo podía aguantar todo el sueño que tenía por ahora y estar despierto por el máximo tiempo posible para resolverlo rápidamente.

Aunque parece que mi habilidad no me lo permitirá demasiado y me tomará desprevenido apenas llegué la oportunidad. "Sigh... Solo espero que esté asunto se resuelva lo más rápido posible"

Harp me miró con escepticismo y ligera amargura por lo que dije. "Pensé que dirías que no querías preocupar demasiado a esa paloma que desposaste y descansa en tu sombra... Pero ciertamente la obsesión de esa otra ángel y de la Santa por ti también es anormal. Así que te agradecería mucho si puedes mantener a esa multitud de mujeres locas lejos de mi tienda"

"¿Paloma?... Si yo soy un cuervo por mi falta de partes demoníacas entonces... Oh" Lo mire confundido por a quien se refería, pero cuando recorde que menciono 'desposaste' entendí que se refería a Muriel ya que era la única persona a la que le dí un brazalete de mis plumas además de Justine.

Pero como no me agradó nada el como la llamaba, termine sonriéndole 'amigablemente' mientras sacaba de un espacio deformado mi escopeta modificada y mi manodoble de un filo.

"Harp, me gustaría que fueras poco más considerado con 'tus clientes' a partir de ahora" puse mis armas en el mostrador aún sonriendo para solo continuar hablando mientras ponía una mano sobre su hombro izquierdo "¿O acaso debo grabar la consideración en tu cabeza?"

"¡...!" Harp termino retrocediendo con un ligero temblor en su cuerpo cuando me vio con una actitud fuera de mi pereza habitual. "¡Bien, bien, entiendo a qué te refieres!... Pero por favor, vuelve a tu estado natural. Es demasiado extraño verte mostrando otras facetas además de tu habitual pereza"

El parecía más perturbado por mi actitud que por mi amenaza, pero como ya entendio todo, lo deje ir.

"... Bien" deje de 'sonreír activamente ' y volví a recostarme en el aparador para terminar el sándwich. Pero hubo un detalle que hizo que Harp siga en guardia.

"¿No las guardarás?" Harp pregunto eso mientras apuntaba a mis armas aún en el aparador.

"¿Oh?" Terminé recordando su pregunta inicial y el porque las había sacado además de querer burlarme de él. "Bueno, tengo pensado hacer que Damián esté en ese foso durante 3 días y medio a partir de ahora... En ese tiempo quisiera saber si puedes forjar una arma adecuada para él y además darle un mantenimiento adecuado a las mías".

Harp me miró incrédulo por mis pedidos y empezó a temblar de irritación. "¿No solo me podés una 'arma adecuada' para ese incubo, sino que también mantenimiento para estás bestias? ¿Y en tres días?. ¡Maldito cuervo!, ¡¡¿No tienes piedad ni consideración a mi persona verdad?!!"

"¿Oh?, además voy a aceptar tu propuesta de alojamiento y también pediré un mapa guía de algunos restaurantes y lugares interesantes de la ciudad que manejas. ¡Para mañana por favor!." Sonreí con una indiferencia a sus problemas y seguí comiendo.

Sabía bien que Harp podía hacer todo eso en este poco periodo de tiempo estipulado, esa irritación suya solo era una manera de decir que no queria hacerlo, no que no pudiera. Pero aún así, sabía que necesitaría jugar un poco con su orgullo para convencerlo...

"¿O acaso no puedes hacer algo tan simple como el mantenimiento de armas?"

"¡¿Quien dijo que no puedo?!" Harp termino tomando mis armas con esas palabras y empezó a recoger otros materiales para empezar su trabajo. Pero terminó deteniéndose para hacerme una pregunta antes de bajar a su verdadero cuarto de trabajo.

"¿Realmente estarás bien sin ninguna de tus armas a pesar de ser perseguido por todos los cazarrecompensas de la ciudad?... No quisiera que murieras sin haberme pagado primero" Harp hablo duramente, pero sus palabras solo denotaban su preocupación por mi seguridad, por lo que solo sonreí confiadamente antes de responderle.

"Fu, fufu... ¿Realmente hay alguien en esta ciudad... Que pueda vencerme cuando peleo en serio?"

"..." Harp termino quedándose quieto en ese momento sin decir su respuesta sobre mi pregunta. Momento siguiente suspiro y comenzó a bajar sin antes dejarme sus palabras habituales. "Te enviaré la cuenta más tarde"

"Está bien... Por ahora tomaré la habitación para descansar plenamente..." Solté esas palabras cansadamente mientras terminaba de comer y comenzaba a subir las escaleras al final de la tienda para estar a plena potencia mañana.

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[POV Jeanne Valencia]

[Sede del Vaticano, habitación privada de la Santa]

Ya era de noche por lo que estaba resguardada en mi habitación para descansar y terminar los preparativos de las reuniones de mañana junto con los diversos documentos de los sucesos de hoy.

O eso se suponía que tenía que hacer... Pero ahora solo estaba acostada en mi cama mirando al vacío sin ningún signo de intentar moverme.

Yo estaba actuando tan raramente por un simple motivo...

Desde ayer estaba teniendo muchos problemas con mis pensamientos. No lograba terminar prestando atención a las personas a mi alrededor durante las reuniones habituales y tampoco lograba hacerlo en cosas con mucha menos importancia como comer o hacer mi rutina de día a día.

Y no era la única con este problema. Mi amiga más cercana también estaba sufriendo este problema y seguramente estaba teniendo el mismo caso de unas palabras repitiéndose constantemente en su cabeza como yo.

""(Seré totalmente suyo... Todo un día... Cita)" Esas palabras fueron como un virus en mi cerebro que no dejaban de reproducirse una y otra vez.

Supe bien que Aliyah sufría lo mismo porque ella hizo más de una vez la misma sonrisa obsesiva que yo hacía, solo que no sabía sus pensamientos de que pensaba hacerle a Acedia. Aunque tenía la sospecha de que ninguno era algo que se pudiera decir o hacerce a plena luz del día...

"(Claro que yo no estoy mejor realmente)..." Pensé avergonzada esas palabras mientras recordaba todas las situaciones ficticias que imaginé e ilustre en un libro escondido en la habitación.

Podrán llamarme simplona o fácil, pero ésas eran palabras que yo estaba esperando escuchar desde hace más de 23 años.

Aúnque eso también terminaba reviviendo ese momento de mi niñez. No era más que un bebé de ocho meses y aún así lograba recordar detenidamente cada suceso de ese día.

Los compartimientos de un tren en movimiento, una carga importante que aguantaba lanzar sus lágrimas... Sangre de angeles derramadas en el piso a costa de resguardar mi vida y seres sobrenaturales con pensamientos malignos que querían matarme o venderme al mejor postor.

Todos esos sucesos se revivían en mi mente detalladamente para atormentarme cada cierto tiempo en estos años. Se sabía bien que un bebé no podría recordar tales cosas cuando nisiquiera alcanzó su primer año de vida, pero mi situación no era una particular.

No era tan rara como la de Acedia, pero ciertamente los casos como el mío eran muy contados.

"Un contenedor imperfecto... Para un alma sagrada antigua." Dije las palabras que me dieron para explicar mi extraña situación, y realmente eran muy acertadas cuando lo pensaba detenidamente.

Con sentimientos lúgubres, termine saliendo de mi cama y camine a la mesa de noche que usaba constantemente para buscar mi 'apoyo emocional'.

Yo era lo suficientemente fuerte para no necesitar este apoyo emocional, pero esté objeto representaba muchas cosas importantes para mí que no quería olvidar.

Abrí un pequeño compartimiento oculto del gabinete y lo saque. Un objeto que casi nadie usaría en este tiempo pero que 'yo' usaba mucho en 'aquellos tiempos'.

Una pluma antigua que usaba para escribir mis informes. Estaba hecha de preciosos metales plateados y una gran pluma negra que solo podía pertenecer a una persona.

Fue algo que hice cuando obtuve suficiente movilidad sobre mi cuerpo. Pero lo importante no era el hecho que yo misma lo hiciera, sino del momento del que provino.

Acerque cálidamente la pluma negra a mi rostro para sentir el mismo sentimiento de aquel caótico día.

Aun si seguía oliendo la pólvora y la sangre de ese día, el solo contacto con esta pluma negra siempre me traía la conformidad que solo podía sentir con aquel que salvó mi vida en ese momento.

"Fufufufu... Acedia~, una cita con Acedia~" Me perdí totalmente en el momento y estaba totalmente segura que el rostro que tenía ahora no era uno que debería hacer en público.

Pero eso no era motivo para detenerme, por lo que seguí disfrutando del sentimiento...

'clac* la puerta de mi habitación se abrió repentinamente.

"Señorita Santa, soy Ann, necesito hablar con usted sobre los temas de hoy... ¿Que está haciendo mi señorita?" Una mujer de cabello rubio largo entro en la habitación y vio la escena que sería capaz de perturbar a cualquiera que la viera incluso si no supiera a quien pertenecía esa pluma.

"!!!" Yo terminé asustada y trate de ocultar la pluma que Ann claramente ya había visto. "¡N-nada importante!..."

"..." Ann me miró con escepticismo ya que sabía muy bien lo que hacía, no fue la primera vez que me vio haciendo esto. E incluso vio cosas peores que una Santa no debería hacer...

Anna Claraval, ella es una Santa inquisidora encargada de protegerme como Aliyah, ella es una mujer humana de solo dos años mayor que yo y a pesar de ser humana tiene características tan hermosas como Aliyah, con su hermoso cabello largo rubio casi platinado y sus hermosos ojos dorados... Pero a diferencia de Aliyah que tiene una actitud juguetona y un semblante casi infantil, Ann representaba muy bien lo que era una caballero ejemplar con su cuerpo ligeramente alto, su complexión esbelta y su aura madura que irradiaba de ella... Confíaba mucho en ella y era de las pocas personas que me agradaban del Vaticano y hasta a veces termine teniendo un poco de envidia por su hermosa apariencia, pero había un solo defecto en ella que terminaba alejando muchas personas...

"Cof cof, Ann... ¿No te dije que debías tocar primero?" Pregunté con un tono ligeramente irritado tratando de evitar hablar del suceso anterio, pero...

"¿Y no le dije yo que debe dejar de hacer eso si no quiere asustar a Acedia?" Ella me golpeó dónde dolía.

"Ugh... E-esto no es tan raro Ann... Y Acedia no me odiara solo por esto... ¿Verdad?" Dije mientras miraba hacia otras direcciones para evitar su mirada como a la vez evitaba la realidad.

"Sigh... Bueno, ciertamente solo le parecerá extraño a lo máximo." Ella solo termino suspirando y aceptando mis palabras a regañadientes. Pero no sé detuvo ahí y saco historias oscuras mientras se sostenía la frente...

"Aunque sea esto es mejor que encontrarla usando esa pluma para masturbar-"

"¡¡ANN!! ¡¡¿DIJISTE QUE QUERÍAS HABLAR DE OTRA COSA VERDAD?!!" Grite a todo volumen para cambiar de tema antes de que ella sacará una historia que quería olvidar.

Ese era el único defecto de Anna, ella era muy 'directa' y no se andaba con vueltas para hablar de cosas que otros considerarían vergonzosas o muy fuera de lugar... Era muy SINCERA, se podría decir.

Gracias al cielo ella entendió que no había ningún motivo para continuar por lo que continúo diciendo el motivo por el que irrumpió en mi habitación.

No era algo importante, solo mi opiniones sobre los temas que se hablaron hoy, ella sabía el motivo por el que Aliyah y yo estábamos actuando raro, por lo que vino a 'comprobar' si había entendido bien todo el trabajo de hoy.

Después de media hora más tarde, logramos poner todo en orden, o eso pensé.

"Señorita Santa, ¿No le preocupa la situación actual con los cazarrecompensas?" Ann termino lanzando esa duda al terminar.

"Realmente no sabría decirte..." No podía decir que no lo estaba, desde hace días hubo anormales llegadas de muchos seres sobrenaturales reconocidos como cazarrecompensas, pero no había ningúna seguridad de cual era su objetivo.

No importaba que tanto lo pensara en esta semana, no había ningún objetivo claro...

"(Sigh, no es que no quiera pasar más tiempo con ustedes, es solo que tengo mucho trabajo que hacer mañana...)" Por algún motivo termine pensando en las palabras que Acedia menciono antes, pero esperaba no estar en lo correcto...

"Ann, ¿Podrías hacerme un favor?" Mire a Ann con ligera preocupación.

"¿...?, claro mi señorita" Ann entendió que tenía una idea por mi expresión y volvio a su actitud sería.

"Solo es una suposición, pero quisiera que vigiles a Acedia y veas que el este bien por ahora"

"Señorita... Debería darle un poco de privacidad a Acedia, ser tan asfixiante es un poco..." Ann me miró con preocupación y tuvo locas suposiciones... Ella sabía que Jeanne podía ser capaz de tales cosas por lo que se aseguraba en mantenerla a raya.

"Ann" le hable con enojo y termine explicando el porque de mi pedido. "Me preocupa que Acedia este detrás de todos esos cazarrecompensas, sabes bien que él solo toma trabajos muy problemáticos aún a costa de lo peligroso que son."

"¿Y quieres que lo vigilé por éso?, ¿a pesar de que mi trabajo es protegerla a usted?"

Sonreí sabiendo que ella no se había negado. "Descuida Ann, con Aliyah y Krista aquí, estaré segura incluso si no estás... Además, hace mucho que no tienes un tiempo libre, por lo que considera está petición como un descanso de tus deberes para divertirte un poco"

"... Sigh, si la Santa me lo pide no puedo negarme."

"Fufu. Gracias Ann" Sonreí sabiendo que a pesar de su tono pesimista, Ann terminaría divirtiéndose mucho con esto a su manera.